Qué hacer si la mente se queda en blanco durante una conversación

Qué hacer si la mente se queda en blanco durante una conversación
Matthew Goodman

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"A veces, cuando estoy hablando con alguien, me quedo paralizado. Pierdo el hilo de la conversación, se me queda la mente en blanco y no tengo ni idea de qué decir. Acabo divagando o simplemente doy por terminada la conversación, preocupado por si digo alguna estupidez. Por qué me ocurre esto y qué puedo hacer al respecto?".

Si ha tenido esta frustrante experiencia, probablemente la culpable sea la ansiedad social, que le provoca nerviosismo, inseguridad y vergüenza. Aunque esto puede ser un indicio de trastorno de ansiedad social, una afección crónica pero tratable, la ansiedad social periódica es algo con lo que casi todo el mundo lucha. Debido al deseo universal de aceptación, a todo el mundo le preocupa ser juzgado, rechazado,o avergonzado.

Sin embargo, sin estrategias para contrarrestar la ansiedad social, puede llegar a ser problemático. Después de congelar, puede llegar a ser muy consciente de sí mismo y encontrar que sus conversaciones se vuelven más forzada y torpe, alimentando su ansiedad y la creación de un círculo vicioso. Afortunadamente, hay muchas maneras simples y prácticas para interrumpir este ciclo, lo que le permite disfrutar realmente de las interacciones sociales, en lugar detemiéndoles.

¿Qué ocurre cuando tu mente se queda en blanco?

Cuando tu mente se queda en blanco, estás experimentando una forma leve de disociación, término que los psicólogos utilizan para describir la desconexión de tus pensamientos, sentimientos o experiencia actual.

Ver también: Cómo presentarse en la universidad (como estudiante)

Cuando te disocias, puedes sentirte vacío, en blanco, entumecido, distanciado o separado. Cuando te disocias, puedes perder la noción de lo que ocurre a tu alrededor, de lo que estás haciendo y de cualquier cosa que te digan.

La disociación es un mecanismo de defensa natural que tu mente utiliza para protegerte de experiencias dolorosas o incómodas. Cuando te sientes incómodo, nervioso o incómoda en una conversación, esto puede disparar tus defensas, provocando que te disocies. La buena noticia es que estrategias sencillas como la atención plena y el reenfoque pueden ayudarte a mantenerte centrado e involucrado, en lugar de desconectarte.

Busca patrones cuando disocias

La ansiedad social puede aparecer en los peores momentos posibles, como entrevistas de trabajo, presentaciones, primeras citas y otras conversaciones de alto riesgo, formando un patrón en cierto modo predecible. Por ejemplo, es más probable que te quedes en blanco cuando te ponen en un aprieto, cuando conoces a alguien nuevo o cuando te sientes inseguro.

Muchas personas se ponen más ansiosas en conversaciones con:[]

  • Un grupo de personas en lugar de 1:1 (como en una presentación)
  • Personas en posiciones de autoridad (como un jefe o un juez)
  • Mucho en juego (como en una entrevista de trabajo)
  • Aquellos que creen que se opondrán a ellos (un debate o una nueva propuesta de trabajo)
  • Temas muy emotivos (como invitar a alguien a salir o durante un conflicto)
  • Temas o personas que desencadenan inseguridades personales (como las personas de gran éxito).

Saber cuándo y dónde es más probable que aparezca tu ansiedad puede evitar que la ansiedad te pille desprevenido, además de ayudarte a estar más preparado para afrontarla. Dependiendo de la situación, puede haber ciertas habilidades y estrategias que te resulten más útiles.

Qué hacer cuando la mente se queda en blanco en una conversación

Hay varias cosas que puede hacer cuando su mente se queda en blanco durante una conversación. Algunas de estas habilidades están diseñadas para ayudarle a relajarse, calmarse y reducir la oleada de ansiedad que siente. Otras le enseñan formas de volver a centrar su atención lejos de los pensamientos ansiosos y cohibidos, ayudándole a estar más presente. También se describen temas, preguntas y temas de conversación para ayudarle adesatascar las barreras de la comunicación, dejando que las conversaciones fluyan con mayor naturalidad.

La próxima vez que se te quede la mente en blanco en una conversación, prueba una de las siguientes estrategias:

1. Convierte tu nerviosismo en entusiasmo

Desde el punto de vista químico, el nerviosismo y la excitación son casi idénticos. Ambos implican la liberación de adrenalina y cortisol en el torrente sanguíneo, lo que activa el sistema nervioso, aumenta el ritmo cardíaco y proporciona un subidón de energía. La próxima vez que se sienta nervioso antes o durante una conversación, renombrar el sentimiento como excitación puede ayudarle a ser más tolerante y aceptar la emoción,lo que facilita su superación[].

Este sencillo cambio de mentalidad le ayudará a imaginar resultados más positivos de la conversación, en lugar de limitarse a imaginar el peor escenario posible. Por ejemplo, en lugar de centrarse en la posibilidad de ser rechazado en una primera cita o entrevista de trabajo, intente centrarse en la emocionante perspectiva de iniciar una nueva relación o trabajo. Esta sencilla estrategia procede de la Terapia Cognitivo-Conductual,que es el tratamiento más eficaz para la ansiedad[].

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2. Identificar de antemano el "objetivo" de la conversación

Todas las conversaciones tienen un "punto" u "objetivo". Identificar tu objetivo con antelación puede ayudarte a aclarar lo que esperas o quieres que ocurra en la conversación, a la vez que te proporciona una brújula que te ayuda a asegurarte de que vas por el buen camino. En el ámbito profesional, el objetivo puede ser conseguir un aumento de sueldo o un ascenso, o estudiar una idea para un nuevo proyecto con un colega o jefe. En tu vida personal, el objetivo puede serde las conversaciones puede ser conocer a personas afines, desarrollar amistades o simplemente saber más sobre otra persona.

Incluso las conversaciones pasajeras con los cajeros o los clientes que esperan en la cola pueden tener como objetivo sentirse más cómodo con las conversaciones triviales, hacer un cumplido o decir "gracias" para alegrar el día a alguien. Los objetivos son especialmente importantes en las conversaciones de alto riesgo (como las entrevistas de trabajo o las conversaciones serias con la pareja), pero también pueden ayudarte a mantener la concentración en otras menos serias.Cuando cada conversación tiene un propósito, es menos probable que te distraigas con tus propias preocupaciones, inseguridades o monólogos interiores[].

3. Reduzca la velocidad y gane tiempo

Cuando uno se pone nervioso, tiende a precipitarse en la conversación, a hablar más deprisa para acabar antes. Las prisas pueden ponerle más nervioso y dificultar el ritmo de sus pensamientos. Si se toma la molestia de ir más despacio y hacer pausas naturales, ganará tiempo para ordenar sus ideas y encontrar las palabras adecuadas.

Incluso explicar las pausas diciendo algo como "estoy pensando..." o "estoy buscando la forma correcta de explicar esto" puede ayudar a sentirse menos incómodo por ralentizar el ritmo o hacer una pausa. Esto es especialmente importante en las conversaciones en las que se presenta información, se responde a preguntas o se intenta transmitir un punto concreto.

4. Haz preguntas abiertas para que los demás hablen

Probablemente te sientas más nervioso cuando eres tú el que habla, por lo que hacer que los demás hablen es una de las mejores maneras de quitarte presión de encima. Como a la mayoría de la gente le gusta hablar de sí misma, ser curioso puede ayudarte a sentirte menos ansioso y, al mismo tiempo, causar una buena impresión. Las buenas preguntas son herramientas esenciales para las conversaciones, y entradas muy efectivas para iniciar conversaciones, hacer queamigos y conocer gente.

En una conversación, hacer preguntas abiertas como "¿qué opinas sobre...?" ayudará a que la gente hable más que las preguntas cerradas como "¿piensas que A o B?", que suelen generar respuestas de una sola palabra. Las preguntas abiertas son especialmente útiles para las personas que tienden a divagar o a hacer largos monólogos cuando están nerviosas, ya que mantienen el equilibrio en las conversaciones.

Hacer preguntas puede ayudar a aliviar la presión, pero sólo hacer preguntas puede convertirse en una vía de escape para algunas personas propensas a la ansiedad social. Pueden evitar hablar de sí mismas y, como resultado, no permiten que la gente llegue a conocerlas. Así que haz preguntas para descansar de pensar en cosas que decir, pero de vez en cuando comparte algo sobre ti.

5. Entabla una conversación con un intercambio amistoso

A veces, tomarse un tiempo para calentar una conversación con una pequeña charla amistosa puede ayudar mucho a que usted (y la otra persona) se sientan más cómodos. Tómese su tiempo para preguntar a un compañero de trabajo por su familia, por sus últimas vacaciones o por lo que hizo el fin de semana. También llamados "rompehielos", estos ejercicios de calentamiento de la conversación son polivalentes, ya que ayudan a aliviar la ansiedad al mismo tiempo que crean un clima de confianza.sensación de compenetración.

Incluso en conversaciones más formales, como una entrevista de trabajo o una reunión con un nuevo cliente, el calentamiento de la conversación puede ser una buena forma de sentirse más cómodo con alguien. Cuanto más cómodo te sientas con esa persona, menos te preocupará que te juzguen, que te rechacen o que digas algo equivocado, y más fácil te resultará ser tú mismo. En conversaciones de alto riesgo, como las entrevistas de trabajo o el rendimiento, el calentamiento de la conversación puede ser una buena forma de sentirse más cómodo con esa persona.evaluaciones, estos calentamientos pueden ayudar a establecer el tono para un resultado más favorable.

6. Comprueba tus suposiciones

Las suposiciones falsas sobre ti o sobre la otra persona pueden ponerte más nervioso y hacer que las conversaciones sean incómodas. Por ejemplo, suponer que alguien no está interesado en conocerte o que no le vas a gustar aumenta las probabilidades de un intercambio amistoso, y suponer que las conversaciones van a ser incómodas aumenta las probabilidades de que lo sean. Estas suposiciones pueden empeorar la ansiedad, hacer quemás consciente de sí mismo, y puede crear una profecía autocumplida.[, ]

Al crear nuevas suposiciones más positivas, puede preparar el terreno para un intercambio más natural. Por ejemplo, intente empezar con la suposición de que otras personas quieren saber más sobre usted y están interesadas en lo que tiene que decir. También puede recordar que muchas otras personas luchan contra la ansiedad, las inseguridades personales y también se preocupan por lo que los demás piensan de ellos. Estas suposiciones sonno sólo tienen más probabilidades de ser precisos, sino que también pueden reducir la ansiedad, mejorar la confianza y sentar las bases para una interacción más cómoda.[ , ]

7. Evite ponerse a la defensiva

Cuando las personas se sienten amenazadas, a menudo se ponen a la defensiva, se cierran en banda, se retraen o incluso sobrecompensan hablando más o adoptando un "personaje" para evitar ser vulnerables. La actitud defensiva puede incluso manifestarse en el lenguaje corporal, haciéndote menos accesible[] No hace falta mucho para activar las defensas: una pregunta inocente, una opinión diferente o un comentario fuera de lugar pueden activar el sistema de "lucha oregiones de "huida" de tu cerebro, al sentir la amenaza de ser juzgado, expuesto o rechazado.[

Ver también: 15 maneras de decir que no educadamente (sin sentirse culpable)

El cerebro no distingue muy bien entre las amenazas reales y las imaginarias, así que depende de ti identificar las "falsas alarmas". Cuando te sientas provocado, mantente abierto y curioso sobre lo que la otra persona está diciendo, en lugar de cerrarte.[] Resiste el impulso de discutir, chasquear o interrumpir y también evita gestos defensivos como cruzarte de brazos, retroceder o evitar el contacto visual. En su lugar, inclínateTodo esto le ayudará a mostrarse seguro de sí mismo pero accesible, al tiempo que envía señales a su cerebro de que la amenaza no es real.

8. No ensayes mentalmente las conversaciones antes de que se produzcan

Las personas que se ponen nerviosas al hablar con la gente a veces se preparan mentalmente y practican un guión de lo que van a decir en una conversación antes de que ocurra. Aunque esto ayuda en algunas situaciones (por ejemplo, practicar un discurso con antelación), los ensayos a veces pueden hacer que te pongas más nervioso, sobre todo si una conversación no va según lo planeado. Estos "comportamientos de seguridad" tienden a ir en contra de las personas,impidiéndoles desarrollar una confianza natural en sus habilidades sociales[].

Si dedica mucho tiempo a ensayar las conversaciones antes de que se produzcan, mantenga algunas conversaciones sin guión y vea cómo van. Aunque no salgan a la perfección, estas conversaciones pueden ayudar a fomentar la confianza, demostrando que quizá no necesite dedicar tanto tiempo a prepararse. Si la preparación previa le resulta útil, utilice este artículo para identificar temas o preguntas que hagan hablar a los demás, en lugar deguionizando lo que vas a decir.

9. Enriquece tu vida para tener más de qué hablar

A veces, tener la mente en blanco durante las conversaciones es un subproducto de sentir que tu vida se ha vuelto aburrida, rancia o poco interesante, y cambiar tu rutina ayuda a abordar la causa raíz. Saliendo más y probando cosas nuevas, puedes enriquecer tu vida a la vez que conoces gente nueva y mejoras a la hora de iniciar conversaciones.

Busca nuevos intereses o implícate más en una afición, proyecto o actividad que te guste. Podrías apuntarte a una clase virtual, asistir a un meetup o unirte a un comité u otra organización de tu comunidad. Al enriquecer tu vida con nuevas actividades, puedes conocer gente y, al mismo tiempo, generar más historias, experiencias e intereses que se conviertan en iniciadores naturales de conversaciones.

10. Dejar de participar en diálogos interiores

Una de las razones por las que puede resultarte difícil concentrarte durante una conversación es porque en tu cabeza está teniendo lugar una conversación aparte[, ] En tu mente, puedes estar criticándote por no saber qué decir o preocupándote por lo que esté pensando la otra persona. Estos diálogos internos te mantienen distraído y centrado en ti mismo, en lugar de en la conversación.

Aunque no puedes controlar los pensamientos que te vienen a la mente, sí puedes puede elegir cuánto participas repitiéndolos, rumiándolos o incluso debatiéndolos. Salir de tu cabeza puede ser tan sencillo como involucrarte más en la conversación que en tus pensamientos. Presta toda tu atención a la otra persona concentrándote en ella, en su historia o en lo que está diciendo. Cada vez que tu mente sea arrastrada de vuelta a tus pensamientos, lleva suavemente tu atenciónde vuelta al presente[].

Consejos finales para una conversación natural

Sigue probando las habilidades enumeradas anteriormente hasta que encuentres las que mejor funcionan para ti. No te desanimes si a veces te pones nervioso o se te traba la lengua. En lugar de repetir estas cosas en tu cabeza, utiliza el humor y la autocompasión para quitarles importancia y, lo que es más importante, no te rindas. Si el precio de admisión para unas relaciones estrechas y significativas incluyera unos cuantos momentos incómodos, tensos o embarazosos..., no te desanimes.interacciones, ¿no merece la pena? Porque es difícil estar sano, ser feliz y sentirse realizado sin tener relaciones sólidas, la mayoría de la gente estaría de acuerdo en que sí.

Referencias

  1. Patterson, K., Grenny, J., McMillan, R., & Switzler, A. (2012). Conversaciones cruciales: herramientas para hablar cuando hay mucho en juego McGraw-Hill Education.
  2. England, E. L., Herbert, J. D., Forman, E. M., Rabin, S. J., Juarascio, A., & Goldstein, S. P. (2012). terapia de exposición basada en la aceptación para la ansiedad de hablar en público. Revista de Ciencias Contextuales del Comportamiento , 1 (1-2), 66-72.Otte C. (2011). terapia cognitivo-conductual en los trastornos de ansiedad: estado actual de la evidencia. Diálogos en neurociencia clínica , 13 (4), 413-421.
  3. Antony, M. M., & Norton, P. J. (2015). El libro de ejercicios contra la ansiedad: Estrategias probadas para superar la preocupación, las fobias, el pánico y las obsesiones. Guilford Publications.
  4. McManus, F., Sacadura, C., & Clark, D. M. (2008). Por qué persiste la ansiedad social: Una investigación experimental del papel de las conductas de seguridad como factor de mantenimiento. Revista de terapia conductual y psiquiatría experimental , 39 (2), 147-161.



Matthew Goodman
Matthew Goodman
Jeremy Cruz es un entusiasta de la comunicación y un experto en idiomas dedicado a ayudar a las personas a desarrollar sus habilidades de conversación y aumentar su confianza para comunicarse de manera efectiva con cualquier persona. Con formación en lingüística y una pasión por las diferentes culturas, Jeremy combina su conocimiento y experiencia para proporcionar consejos prácticos, estrategias y recursos a través de su blog ampliamente reconocido. Con un tono amigable y familiar, los artículos de Jeremy tienen como objetivo capacitar a los lectores para que superen las ansiedades sociales, establezcan conexiones y dejen impresiones duraderas a través de conversaciones impactantes. Ya sea navegando en entornos profesionales, reuniones sociales o interacciones cotidianas, Jeremy cree que todos tienen el potencial para desbloquear su destreza comunicativa. A través de su atractivo estilo de escritura y consejos prácticos, Jeremy guía a sus lectores para que se conviertan en comunicadores seguros y articulados, fomentando relaciones significativas tanto en su vida personal como profesional.