17 consejos para afrontar situaciones incómodas y embarazosas

17 consejos para afrontar situaciones incómodas y embarazosas
Matthew Goodman

Las situaciones incómodas son el pilar de muchas comedias de situación y casi la mitad de mis experiencias adolescentes. No es posible evitarlas por completo, por lo que resulta útil disponer de estrategias que nos ayuden a afrontarlas con la mayor elegancia posible.

En general, nos sentimos incómodos o avergonzados cuando vemos una diferencia entre cómo nos gustaría que nos vieran los demás y cómo creemos que nos ven. Por ejemplo, a la mayoría de nosotros nos gustaría que los demás nos vieran como personas socialmente hábiles, por lo que nos sentimos incómodos cuando no estamos seguros de cómo debemos comportarnos.

Estos son mis mejores consejos para superar la incomodidad.

1. Haz las paces si has hecho daño a alguien

Darse cuenta de que se ha hecho algo mal suele ser embarazoso e incómodo. El paso más importante para resolver la situación es disculparse y enmendarla si se puede. Esto puede ser una verdadera lucha cuando uno se siente tan incómodo, pero puede hacer que sea mucho más fácil dejar atrás el incidente.[]

Ver también: Cómo terminar una amistad (sin herir los sentimientos)

El truco está en la sencillez: disculparse en exceso puede hacer las cosas aún más incómodas. Una buena disculpa debe reconocer que has hecho algo mal, reconocer los sentimientos de la otra persona y expresar remordimiento. Por ejemplo:

"Siento mucho haberme reído cuando suspendiste el examen. Fue poco amable e hiriente cuando ya te sentías mal. No volveré a hacer algo así".

2. Intenta ver el lado divertido

Una de las herramientas más poderosas que he encontrado para superar la vergüenza y la incomodidad es ver el lado divertido cuando las cosas van mal. Encontrar el humor en la situación me hace sentir mejor y ayuda a la gente que me rodea a sentirse más cómoda. A veces incluso les gusto un poco más como resultado.

Le pondré un ejemplo:

Tenía una primera cita con un chico encantador. Estábamos paseando por un parque hablando cuando de repente me tropecé sin motivo y me encontré tirada en el suelo delante de él. Lo admito, me dio un poco de grima (vale, mucha), pero también me hizo gracia, sobre todo porque entonces era bailarina profesional. Al reírme y decir algo parecido a "¡Vaya, qué gracia!".Le demostré que no me tomaba demasiado en serio y le di permiso para reírse también.

Ver el lado divertido de tu propia torpeza es útil en muchas situaciones, pero ten cuidado con cómo lo utilizas. Reírte, incluso de ti mismo, cuando alguien se ha sentido herido o molesto puede parecer mezquino.

3. Dejar atrás los recuerdos embarazosos

Tengo un recuerdo de cuando tenía unos 13 años que todavía me avergüenza. Estaba en los jardines de Tivoli, en Dinamarca, con mi familia, y malinterpreté las normas en una atracción de feria. No pasó nada y mi familia ni siquiera lo recuerda, pero yo me pasé años sintiéndome incómodo y avergonzado por ello.

Los recuerdos intrusivos pueden hacer realmente difícil dejar atrás situaciones embarazosas. Estos son los pasos que di para dejar de obsesionarme con un error del pasado.

  • Comprender la situación. Este recuerdo volvía una y otra vez porque no lo afrontaba adecuadamente. Lo recordaba, me sentía mal y luego intentaba suprimir tanto el recuerdo como el sentimiento. Esto significaba que ambos volvían con más fuerza.[] Sólo pude superar el suceso una vez que me senté y reflexioné realmente sobre lo que había ido mal y por qué.
  • Aprender de lo sucedido. Una vez que comprendí lo que había salido mal, pude aprender de ello. Me di cuenta de que era mejor afrontar la pequeña incomodidad (decir que no entendía) que encontrarse con la mayor (cometer un error).
  • Crea un nuevo final. Cuando sepas qué puedes aprender de la situación, imagina cómo afrontarías la situación ahora. Cuenta esta nueva versión como una historia. Esto me permite sentir que he "terminado" con la situación y hace que sea más fácil dejarla ir.
  • Sé amable con tu yo del pasado. Recuérdate a ti mismo que entonces no tenías las habilidades necesarias para afrontarlo mejor. Esto es especialmente útil para los errores que cometiste de niño o adolescente. Si tu voz interior sigue siendo muy crítica, intenta imaginar que eres así de crítico con otra persona. Eso puede ayudarte a ver cuándo tu crítico interior está siendo demasiado duro.

4. Recuerda que los demás no se fijan mucho en ti

Hacer o decir algo incómodo o vergonzoso puede hacernos sentir como si todo el mundo se hubiera dado cuenta de ello. Esto se debe a un fenómeno llamado Efecto Foco, por el que pensamos que la gente se fija y recuerda más nuestro aspecto y comportamiento de lo que lo hacen[].

Recordarse a sí mismo que "Nadie recordará esto mañana" puede ayudarte a mantener un momento incómodo en proporción.

5. Aceptar el riesgo de incomodidad

Aprender algo nuevo casi siempre conlleva el riesgo de hacerlo mal, lo que significa que si quiere mejorar sus habilidades sociales, probablemente tendrá que enfrentarse a alguna torpeza.

En lugar de intentar evitar todas las situaciones incómodas, intenta verlas como parte de tu aprendizaje. Esto forma parte de adquirir habilidades sociales. De hecho, ser incómodo puede hacerte más simpático.

Antes de los acontecimientos sociales, piense en cómo fija sus expectativas. En lugar de decirse a sí mismo que todo va a ir sobre ruedas, pruebe a decirse:

"Probablemente cometeré uno o dos errores, pero sé que puedo superarlos. Los momentos incómodos pasarán, y estoy aprendiendo que no tengo por qué tenerles miedo".

6. No asumas toda la responsabilidad

Las situaciones sociales son casi siempre una responsabilidad compartida. Son algo que creas con otras personas. Eso es lo que las hace sociales. Si te sientes raro o incómodo, es fácil que toda la responsabilidad recaiga sobre ti.

Recordarte a ti mismo que no puedes controlarlo todo en una situación social puede hacer que te resulte más fácil perdonarte las situaciones incómodas.

7. Pregunta: "¿Qué haría una persona segura de sí misma?".

Si ya te sientes preocupado o ansioso por tus habilidades sociales, es fácil que veas un pequeño error social como un error enorme que te avergüenza profundamente.

Pregúntate cómo se sentiría una persona muy segura de sí misma al cometer ese mismo error. Puede ser difícil imaginarlo en abstracto, así que intenta pensar en personas que conozcas (quizá del trabajo, la escuela o la universidad) o incluso en personajes de películas. Intenta imaginar cómo se sentirían por dentro, así como qué dirían o harían para resolver la situación.

Si te das cuenta de que una persona socialmente hábil no se sentiría mal por algo, eso te indica que el error en sí no es realmente tan grave o vergonzoso. Recuérdate que son tus inseguridades las que te hacen sentir mal.

8. Aprender a afrontar los conflictos

A la mayoría de nosotros los conflictos nos resultan incómodos, ya sea porque otra persona no está de acuerdo con nosotros o porque dos de nuestros amigos no están de acuerdo y nosotros estamos en medio.

Una de las formas más sencillas de aprender a manejar mejor el conflicto es ponerse en situaciones en las que el conflicto forme parte normal de la situación. Las clases de interpretación pueden ayudarte a experimentar el conflicto entre personajes sin sentirte atacado personalmente. Las clases de improvisación pueden ofrecerte algunas de las mismas habilidades. Incluso los juegos en línea o los juegos de rol de mesa pueden ofrecerte una experiencia de momentos en los que hasno estaba de acuerdo con la gente y todo iba bien.

Fortalecer tu confianza en ti mismo también puede ayudarte a sentirte cómodo con los conflictos. Saber que estás haciendo lo correcto puede facilitarte afrontar momentos incómodos, y probablemente te sentirás mucho mejor después.

9. Reconocer la incomodidad

Las cosas suelen resultar extrañas o incómodas cuando hay algo de lo que tú o las personas que te rodean no estáis dispuestos a hablar.

A menudo, una vez que te das cuenta de que las cosas son un poco incómodas, entras en modo pánico e intentas pasar a cualquier otro tema que no sea la incomodidad. Esto es un poco como intentar no pensar en elefantes rosas. Cuanto más intentas no pensar en la incomodidad, más es lo único en lo que puedes pensar. Entonces te sientes aún más incómodo. Lo que a menudo lo empeora es que todo el mundo hace lo mismo .

Intenta romper este ciclo reconociendo que se trata de una situación difícil. Podrías decir, "Vale, me siento un poco incómodo aquí, y sospecho que no soy el único," Suelo ver que así se rompe el hielo, todo el mundo se ríe un poco aliviado y la conversación continúa.

10. Considera la posibilidad de hacer un descaro

Una vez le dije a mi jefe: "Quiero la paz mundial... y un poni", cuando me dijo que quería un trabajo rápido.

No quería decirlo, pero realmente no había manera de que pudiera retractarme. Además, su petición... tenía Por dentro, quería que me tragara la tierra, pero me limité a mirarle y esperar a ver qué decía.

En ese caso, funcionó (¡uf!), pero hay algunas reglas sobre cuándo descararse. Había sido un poco grosera, pero no realmente ofensiva. Nadie se había sentido herido por lo que dije. También estaba haciendo una observación válida sobre su petición irrazonable. Por último, tenía la confianza para no ruborizarme ni tartamudear. Descararse no es para todo el mundo, pero puede ser muy útil cuando realmente quieres decir lo que has dicho y... no tienes por qué hacerlo.Sólo desearía que lo hubieras dicho de otra manera.

11. Comprender la vergüenza ajena

La vergüenza vicaria se produce cuando nos avergonzamos al ver a otra persona hacer o decir algo desagradable, lo que puede hacer que nos sintamos incómodos en toda una serie de situaciones, aunque en realidad no hayamos hecho nada vergonzoso.

La vergüenza vicaria suele ser un signo de que tienes una gran empatía. Eres capaz de imaginar cómo se siente la otra persona con tanta claridad que tú también empiezas a sentirla. En realidad, es una gran habilidad social, así que intenta estar orgulloso de ella.

12. Sentirse más cómodo con el silencio

El silencio durante una conversación puede resultar increíblemente incómodo, sobre todo si no se está acostumbrado a él. Tenemos consejos para evitar los silencios incómodos, pero también puede merecer la pena sentirse más cómodo con el silencio.

Intenta dejar que los silencios se prolonguen un poco más de lo habitual. Si eres como yo, te darás cuenta de que precipitarte con un comentario aterrado suele ser más incómodo que sentarse en silencio.

13. Recuerda que los demás no conocen tu plan

Aprendí esta lección como bailarina profesional. Es muy fácil sentirse incómodo o avergonzado cuando algo no sale como uno quería, pero la mayoría de las veces, la otra persona no tiene ni idea de lo que uno esperaba que pasara.

Una vez estaba en el escenario con una pitón de 4,5 metros esperando a que se abriera el telón. Cuando se abrió, la serpiente eligió ese preciso momento para enroscar su cola alrededor de mis tobillos, atándome los pies. Detenerme y decir: "Espera, espera. Tengo que arreglar esto", habría sido muy incómodo y poco profesional. En lugar de eso, lo desenrollé lentamente al ritmo de la música, asegurándome de que parecía deliberado.

Si te das cuenta de que las cosas no van como habías planeado, recuérdate a ti mismo que la gente no lee la mente. Intenta parecer relajado y probablemente ni se darán cuenta.

14. Enfrentarse a conversaciones incómodas

Todos tenemos que mantener conversaciones incómodas de vez en cuando. A menudo tengo que pedirle a mi vecino que baje el volumen de su música, y me da pavor hacerlo cada vez. Siento que estoy siendo poco razonable y grosera, y me preocupa que se enfade o se ofenda. Sé intelectualmente que no soy yo la poco razonable, pero eso no impide que me sienta mal.

Puede ser útil recordarte a ti mismo que no estás provocando la situación, sino que estás abriendo una conversación sincera sobre lo que te molesta. Si no estás seguro de si estás exagerando por algo que ha hecho otra persona, pide su opinión a un amigo de confianza.

15. Planificar de antemano lo que se va a decir

Si sabes que se avecina una conversación incómoda, o si hay algo que te hace sentir incómodo con regularidad, intenta preparar un guión que te ayude a afrontarla.

Por ejemplo, un amigo de la familia no deja de hacer esta pregunta:

"Entonces, ¿cuándo va a ponerte ese jovencito un anillo en el dedo para que podamos oír el repiqueteo de los piececitos?".

Puede que a otras personas no les haga sentir incómodas, pero a mí no me gusta, y regularmente he intentado que esta persona pase a otros temas. Así que en este caso, mi guión podría ser:

"En realidad, matrimonio e hijos no es algo que busquemos ninguno de los dos. Somos perfectamente felices como estamos".

Ver también: Cómo superar la pérdida de un mejor amigo

16. Salir de situaciones incómodas

Puede ser difícil distinguir entre una situación incómoda y una insegura, pero es una distinción importante. Aprender a permanecer en situaciones incómodas puede ser una forma estupenda de mejorar a la hora de enfrentarse a la incomodidad, pero no si te sientes inseguro.

Puede ser útil pedir una segunda opinión, pero ten en cuenta que el género puede influir mucho en lo amenazante que pueda resultar una situación. Intenta pedirle su opinión a un amigo de confianza del mismo género. Si te das cuenta de que estás en una situación insegura, la otra persona puede intentar mantenerte allí haciendo que te resulte incómodo marcharte. Recuérdate a ti mismo que están intentando manipularte e intenta aceptarla incomodidad.

Intenta preparar de antemano excusas para salir de una situación potencialmente incómoda. Saber que tienes una estrategia para escapar puede hacer que te resulte más fácil permanecer en una situación durante más tiempo si así lo deseas.

Puede ser útil ofrecer la explicación antes de quieres irte. Diciendo "No puedo quedarme mucho porque tengo que ir a recoger a un amigo al médico" prepara a la gente para que te vayas. También hace menos obvio que estás poniendo una excusa.

17. Comparte tus historias incómodas más a menudo

Puede que esto sea lo último que quieras hacer, pero cuanto más compartas tus anécdotas incómodas o embarazosas con los demás, menos avergonzado te sentirás. Sentirse incómodo o avergonzado puede hacer que nos sintamos apartados de los demás y aislados.

Una vez que empiezas a compartir esos sentimientos con otras personas, sobre todo si podemos convertirlo en una anécdota divertida, más débiles se vuelven esos sentimientos. Esto también puede hacer que sientas menos miedo ante el riesgo de cometer un error social.

Mis amigos más íntimos conocen casi todas mis anécdotas embarazosas: cómo me prendí fuego el pelo agachado sobre una vela, cómo me teñí el trasero de azul por llevar cueros nuevos de moto bajo la lluvia y cómo tuve una flatulencia increíblemente fuerte inmediatamente después de gritar a una clase a la que estaba dando clase que se callara y me escuchara.

Casi siempre que he contado una de esas anécdotas, la gente que me rodea ha colaborado con historias embarazosas similares. Ahora, cuando me pasa algo embarazoso, puedo decirme a mí mismo lo mucho que mis amigos disfrutarán oyéndolo, y me siento mejor.

Puede que te preocupe que la gente piense mal de ti si les cuentas las cosas embarazosas que has hecho. Piensa en cómo te has sentido al leer este artículo. He mencionado varias cosas embarazosas que he dicho o hecho, y apuesto a que cada vez has sonreído. Probablemente me ha hecho sentir más accesible y "real".

La próxima vez que te preocupes por lo que pensará alguien de ti, recuerda que probablemente eso hará que le gustes más.No hace falta que te lances con las anécdotas por las que te sientes realmente mal. Intenta pensar en momentos en los que te has sentido incómodo, pero aún así puedes ver el lado divertido.




Matthew Goodman
Matthew Goodman
Jeremy Cruz es un entusiasta de la comunicación y un experto en idiomas dedicado a ayudar a las personas a desarrollar sus habilidades de conversación y aumentar su confianza para comunicarse de manera efectiva con cualquier persona. Con formación en lingüística y una pasión por las diferentes culturas, Jeremy combina su conocimiento y experiencia para proporcionar consejos prácticos, estrategias y recursos a través de su blog ampliamente reconocido. Con un tono amigable y familiar, los artículos de Jeremy tienen como objetivo capacitar a los lectores para que superen las ansiedades sociales, establezcan conexiones y dejen impresiones duraderas a través de conversaciones impactantes. Ya sea navegando en entornos profesionales, reuniones sociales o interacciones cotidianas, Jeremy cree que todos tienen el potencial para desbloquear su destreza comunicativa. A través de su atractivo estilo de escritura y consejos prácticos, Jeremy guía a sus lectores para que se conviertan en comunicadores seguros y articulados, fomentando relaciones significativas tanto en su vida personal como profesional.