10 señales de que hablas demasiado (y cómo dejar de hacerlo)

10 señales de que hablas demasiado (y cómo dejar de hacerlo)
Matthew Goodman

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"¿Por qué no puedo dejar de hablar? Cuando estoy con otras personas, a menudo me doy cuenta de que estoy dominando la conversación. Me siento mal cuando hablo demasiado, pero a veces parece que no puedo controlarme".

Si quieres hacer amigos, tienes que estar preparado para hablar con la gente. Pero si hablas demasiado, puede que te resulte difícil entablar buenas amistades. En este artículo aprenderás a saber cuándo dejar de hablar y a mantener conversaciones más equilibradas.

Señales de que hablas demasiado

1. Tus amistades son desiguales

En una amistad sana, ambas personas se sienten capaces de abrirse y compartir cosas sobre sí mismas. Pero si hablas demasiado, tus amigos pueden saber mucho más de ti que tú de ellos. En lugar de hacerles preguntas, puedes estar bombardeándoles con información sobre ti.

2. Le incomodan los silencios

Los silencios son una parte normal de una conversación, pero algunas personas los ven como una señal de que la conversación está fracasando y se apresuran a llenarlos. Si te sientes responsable de llenar los silencios, es posible que hayas caído en el hábito de hablar de cualquier cosa que se te ocurra.

3. Tus amigos bromean diciendo que hablas mucho

Puede que tus amigos no quieran enfrentarse a ti o tener una conversación seria sobre lo mucho que hablas, así que pueden hacer bromas para transmitir su mensaje.

Si se trata de un patrón recurrente, intenta tener una conversación franca con tus amigos más cercanos. Diles: "Me he dado cuenta de que a veces hacéis bromas sobre que hablo demasiado, y eso me ha hecho pensar en cómo me veo. Por favor, decídmelo sinceramente, porque me ayudaría: ¿creéis que soy demasiado hablador?".

4. Tiendes a arrepentirte después de una conversación

Si te sorprendes a ti mismo pensando "¿por qué he dicho eso?" o "¡me he puesto en evidencia!", puede que estés hablando demasiado de cosas personales que los demás no necesitan o no quieren saber. O, en lugar de compartir más de la cuenta, puede que tengas la costumbre de dejarte llevar cuando hablas con alguien nuevo y bombardearle con demasiadas preguntas personales.

5. Los demás parecen aburridos cuando hablas

Si tiene la impresión de que los demás "desconectan" cuando usted habla, es posible que esté hablando demasiado. Por ejemplo, pueden dar respuestas mínimas como "Sí", "Ajá", "Mmm" o "¿En serio?" con voz ronca, mirar a lo lejos o empezar a jugar con un objeto como su teléfono o un bolígrafo.

6. Hacer preguntas te hace sentir incómodo

Las buenas conversaciones son de ida y vuelta, en las que ambos interlocutores hacen y responden preguntas, pero si te sientes incómodo preguntando a la gente sobre sí misma, puedes pasarte toda la conversación hablando de tus pensamientos y experiencias.

7. La gente te dice que no tiene mucho tiempo para hablar

Por ejemplo, la gente a la que ves a menudo puede decir: "Claro que puedo hablar, pero sólo tengo 10 minutos". Esto les da una salida fácil de la conversación. Si creen que hablas demasiado, puede que hayan empezado a utilizar esta estrategia para evitar verse envueltos en una larga discusión contigo.

8. La gente te corta o te interrumpe

Es de mala educación interrumpir a la gente, pero si estás en una conversación con alguien que habla demasiado, a veces cortarle el rollo es la única opción. Si la gente habla a menudo por encima de ti -y por lo general son educados por lo demás- puede que sea porque es la única forma que tienen de hacerse oír.

9. A menudo hay que programar conversaciones de seguimiento

Si le cuesta abarcar todos los puntos del orden del día en un tiempo razonable, quizá tenga que aprender a hablar menos.

Por ejemplo, si después de una reunión de una hora te das cuenta de que no has tratado una cuestión importante que debería haber durado 30 minutos, es posible que hayas estado hablando demasiado. A veces el problema puede ser que otra persona hable demasiado, pero si se trata de un patrón recurrente, puede que haya llegado el momento de revisar tus hábitos de conversación.

10. Dices "Es una larga historia" o frases similares

Si utiliza a menudo este tipo de frases, puede que necesite practicar para ir al grano más rápidamente:

  • "OK, así que la historia de fondo es..."
  • "Para contextualizar..."
  • "Así que esto no tendrá sentido a menos que te diga cómo empezó todo..."

Decirle a alguien que estás a punto de lanzarte a una larga anécdota no significa que esté bien hablar durante mucho tiempo.

Cómo dejar de hablar demasiado

1. Aprender a escuchar correctamente

No se puede hablar y escuchar atentamente al mismo tiempo. Para ser un buen oyente, hay que hacer algo más que esperar una pausa en la conversación: hay que comprometerse con lo que dicen los demás.

  • Si pierdes el hilo, pide amablemente a la otra persona que repita lo que acaba de decir.
  • Pide aclaraciones si no estás seguro de algo.
  • Cuando alguien termine de exponer un punto clave, resúmelo brevemente con tus propias palabras para comprobar que lo has entendido. Por ejemplo: "Vale, parece que necesitas más ayuda con la gestión del tiempo, ¿es así?".
  • Da señales no verbales positivas para animar a la otra persona a seguir hablando: asiente con la cabeza cuando diga algo e inclínate ligeramente hacia delante para mostrar que estás atento a lo que dice.
  • No hagas varias cosas a la vez cuando estés escuchando. Puede ser más fácil asimilar lo que alguien está diciendo cuando le prestas toda tu atención.
  • Intente escuchar para comprender en lugar de escuchar porque sí. Vea cada conversación como una oportunidad de aprender algo nuevo. Cambiar de mentalidad puede hacer que la conversación parezca más interesante.

2. Hacer preguntas que animen a los demás a hablar

Una conversación no tiene por qué ser exactamente 50:50, pero ambas personas deben tener la oportunidad de sentirse escuchadas y compartir sus pensamientos. Hacer preguntas da a la persona con la que hablas la oportunidad de abrirse y evita que domines la conversación.

El método F.O.R.D. puede ayudarte a encontrar temas adecuados para hablar. F.O.R.D. son las siglas de Family (familia), Occupation (ocupación), Recreation (ocio) y Dreams (sueños). Centrarte en estos cuatro temas puede ayudarte a conocer mejor a alguien. Nuestro artículo sobre cómo mantener una conversación describe otras técnicas que puedes utilizar para mantener una conversación equilibrada.

Si tiendes a hablar demasiado de ti mismo y tienes la sensación de que tus amigos te conocen mejor que tú a ellos, haz un esfuerzo por hacerles preguntas significativas o "profundas" y escucha atentamente sus respuestas. Esta lista de preguntas profundas para hacer a tus amigos puede servirte de inspiración.

3. Practicar la lectura del lenguaje corporal

Si hablas durante demasiado tiempo, es posible que tu interlocutor se desconecte o pierda interés. Acostúmbrate a estar atento a estas señales que indican que alguien no está atento a lo que dices:

  • Sus pies apuntan lejos de ti
  • Tienen la mirada perdida o los ojos vidriosos.
  • Dan golpecitos con los pies o tamborilean con los dedos
  • No dejan de mirar a su alrededor o a otras personas de la sala.
  • Juegan con un objeto, como un bolígrafo o una taza.

Si su lenguaje corporal sugiere que te ha ignorado, es el momento de dejar de hablar. Intenta volver la conversación hacia la otra persona haciéndole una pregunta. Si sigue sin mostrar interés, puede que sea el momento de dar por terminada la conversación; toda interacción tiene que terminar en algún momento.

4. Aceptar que los silencios son normales

Está bien tomarse un respiro de vez en cuando para ordenar las ideas. El silencio no significa que seas aburrido o que la conversación se esté acabando. Si escuchas a otras personas hablar, te darás cuenta de que las conversaciones tienden a ir y venir.

La próxima vez que estés hablando con alguien y se produzca una pausa, practica la contención durante unos segundos. Dale la oportunidad de ser él quien reinicie la conversación.

5. Practicar el control de las interrupciones

Cuando mejores tu capacidad de escucha, dejarás de interrumpir tan a menudo porque te interesará lo que la otra persona tiene que decir.

Sin embargo, interrumpir puede ser un mal hábito difícil de romper, así que puede que tengas que hacer un esfuerzo especial para no hablar por encima de alguien.

Hay ocasiones en las que está bien interrumpir -por ejemplo, si estás dirigiendo una reunión y tienes que volver a encarrilarla-, pero en general se considera de mala educación y puede provocar resentimiento en la otra persona.

Si interrumpes, discúlpate y retoma la conversación. Podrías decir:

  • "Siento interrumpirle. ¿Decía usted [breve resumen de su último punto]?".
  • "¡Uy, perdón, estoy hablando demasiado! Para volver a tu punto..."
  • "Disculpe la interrupción, por favor continúe".

Si interrumpes a alguien porque temes olvidar un punto importante que quieres comentar, recuerda que probablemente tendrás la oportunidad de volver sobre el tema en el futuro. Si estás en una reunión de trabajo, anota discretamente tus ideas mientras alguien está hablando.

También puedes pedir a tus amigos que te hagan una señal cuando les interrumpas. Esto puede ayudarte a tomar conciencia de ti mismo y a abandonar el hábito.

6. Consigue apoyo para tus problemas

Algunas personas hablan demasiado porque tienen preocupaciones o problemas que necesitan descargar. Si tienes este problema, es importante que encuentres el tipo de apoyo adecuado. Está bien pedir a tus amigos que te presten oídos, pero si pasas mucho tiempo hablando de tus problemas, tus amigos pueden empezar a sentir que los estás utilizando como terapeutas.

Ver también: 139 preguntas sobre el amor para acercarte a tu pareja

Cuando necesites hablar, puedes intentarlo:

  • Utilizar un servicio de escucha anónima como 7Cups
  • Unirse a un foro o comunidad en línea para personas con problemas similares.
  • Asistir a un grupo de apoyo en persona
  • Hablar con un terapeuta
  • Hablar con una persona de confianza o un líder de tu comunidad o de tu lugar de culto.

7. Preparar las preguntas y los temas con antelación

Si tiendes a salirte por la tangente o a repetirte, decidir qué preguntas quieres hacer o de qué temas quieres hablar puede ayudarte a mantener el rumbo.

Por ejemplo, si tienes una reunión de trabajo, escribe unas cuantas preguntas en un bloc de notas y asegúrate de tenerlas todas marcadas antes de que acabe la reunión. Si vas a quedar con un amigo después de mucho tiempo y quieres ponerte al día sobre el trabajo, la familia, los amigos y las aficiones, puedes hacer una lista en tu teléfono y revisarla detenidamente para asegurarte de que lo cubres todo.

8. Abandona tu necesidad de tener razón

Si estás hablando de un tema que te interesa mucho, es fácil que empieces a hablar largo y tendido sobre tus opiniones. Pero puede que la otra persona no quiera escuchar lo que tienes que decir, que no le interese el tema en absoluto o que se sienta demasiado cansada para una discusión en profundidad.

Presta atención a las señales que indican que estás dedicando demasiado tiempo a hablar de un tema que significa mucho para ti. Por ejemplo, puede que te sientas más acalorado o nervioso de lo habitual, o que tu voz se vuelva más aguda. Cuando notes estas señales, respira hondo y pregúntate:

  • Siendo realistas, ¿voy a convencer a esa persona de que tengo razón?
  • ¿Es realmente tan importante que comparta mis puntos de vista en este momento?
  • ¿Estoy haciendo de abogado del diablo sin motivo?

Intenta aceptar que todos tenemos derecho a tener nuestra propia opinión y que intentar hacer cambiar de opinión a alguien cuando no quiere dejarse convencer rara vez funciona.

Ver también: 263 frases sobre los mejores amigos (para compartir en cualquier situación)

9. Pide ayuda a un amigo

Si tienes un amigo socialmente hábil, pregúntale si estaría dispuesto a ayudarte a dejar de hablar demasiado.

Prueba una o varias de estas estrategias:

  • Durante las conversaciones cara a cara, pídeles que te digan directamente cuándo estás hablando demasiado o compartiendo más de la cuenta.
  • Pídele a tu amigo que te haga una señal discreta cuando hables demasiado en las conversaciones de grupo.
  • Pide permiso a tu amigo para grabar algunas de vuestras conversaciones. Puede que al principio te sientas cohibido, pero al cabo de unos minutos probablemente te olvidarás de que te están grabando. Reproduce la grabación y analiza cuánto tiempo has pasado hablando frente a cuánto escuchando.

10. Trabaja la confianza en ti mismo

Si hablas demasiado de tus logros o posesiones porque quieres que los demás te presten atención o te validen, puede que te ayude centrarte en aumentar la confianza en ti mismo. Cuando puedas validarte, no sentirás la necesidad de impresionar a los demás.

Lee nuestra guía en profundidad sobre cómo mejorar tu autoestima y cómo conseguir confianza en ti mismo desde dentro.

11. Pide permiso antes de compartir información adicional

No siempre es obvio si a alguien le gustaría escuchar la versión larga de una historia. Algunas personas aprecian los detalles, mientras que otras prefieren ir directamente al grano y no aprecian la información innecesaria.

Si no estás seguro de compartir detalles adicionales, pregunta a la otra persona si quiere oírlos.

Después de contar una versión corta de tu historia que sólo contenga los detalles esenciales, podrías decir algo así:

  • "Así que esa es la versión corta. Puedo ampliarla si quieres, pero lo importante ya lo sabes".
  • "Me he saltado algunos pequeños detalles para ahorrar tiempo. Hay más en la historia si quieres conocerla".

No deje una pausa significativa al final de la frase, porque puede hacer que alguien se sienta obligado a decir: "Ah, sí, claro que me gustaría saber más, ¡cuénteme!" Esté preparado para pasar a un nuevo tema o devuelva el protagonismo a la otra persona haciéndole una pregunta.

Si tiendes a contar historias incoherentes, puedes encontrar algunos consejos útiles en nuestro artículo sobre los principios de una buena narración.

12. Comprobar las causas subyacentes

En algunos casos, hablar demasiado o hablar demasiado sobre un tema concreto puede ser signo de un trastorno psicológico o del desarrollo, como el TDAH o el trastorno del espectro autista.

Si su exceso de habla está causado por una enfermedad subyacente, podría beneficiarse de algunas sesiones con un terapeuta que pueda darle consejos especializados. Utilice BetterHelp para encontrar un profesional de la salud mental en línea o pida orientación a su médico.

Si padeces un trastorno del espectro autista, consulta este libro: "Cómo mejorar tus habilidades sociales", de Daniel Wendler, que incluye consejos sobre cómo iniciar y mantener conversaciones equilibradas y agradables con otras personas.

Cuándo finalizar una llamada telefónica

Puede ser difícil saber cuándo dejar de hablar por teléfono porque no puedes ver la cara o el lenguaje corporal de la otra persona, así que es más difícil saber cuándo quiere terminar la llamada.

He aquí algunas señales de que la otra persona ya no está interesada en hablar:

  • Están dando respuestas mínimas.
  • Hablan en voz baja.
  • Se les oye moverse o hacer otra cosa, lo que sugiere que su atención está en otra parte y que no creen que la llamada sea especialmente importante.
  • Son frecuentes los silencios incómodos, y tienes que ser tú quien los llene.
  • Dejan caer indirectas que sugieren que tienen otras cosas que hacer, por ejemplo: "¡Qué ajetreo hay por aquí!" o "No me puedo creer la cantidad de trabajo que tengo que hacer hoy".
  • Dicen: "Ha sido un placer hablar contigo" o "Siempre es un placer saber de ti" o frases similares; es señal de que quieren empezar a dar por concluida la llamada.

Cuándo dejar de hablar con un chico o una chica

Cuando te gusta un chico o una chica, es tentador hablar con ellos todo lo posible. Pero hablar con alguien o enviarle mensajes te hará parecer molesto, desesperado o un pesado si no quieren saber nada de ti o prefieren tener menos contacto.

He aquí algunos indicios de que ha llegado el momento de dar un paso atrás o reducir el tiempo que pasas hablando con ellos:

  • Sugieren quedar "algún día" pero no quieren hacer planes. Puede que estén dispuestos a charlar casualmente pero no tienen intención de pasar tiempo contigo. A menos que quieras un amigo de mensajes de texto, concéntrate en conocer gente nueva.
  • Están encantados de utilizarte como caja de resonancia, pero no te preguntan por tu vida ni por tus opiniones. En este escenario, es poco probable que mantengas una relación mutua con ellos.
  • Tus mensajes son sistemáticamente más largos que los que ellos te envían, o les llamas con mucha más frecuencia que ellos a ti.
  • Te ha dejado claro que no quiere salir contigo, ya sea diciéndotelo directamente o diciéndote que no busca una relación. Es posible que aún puedas mantener a esta persona como amigo, pero sé sincero contigo mismo: si estás enamorado de ella, puede que te resulte demasiado doloroso seguir en contacto.

Los tres primeros puntos también se aplican a las amistades. Es hora de dejar de hablar con un amigo, o al menos de reducir la conversación, cuando está claro que vuestra amistad se ha desequilibrado. Consulta nuestra guía sobre amistades unilaterales.

Preguntas frecuentes

¿Cómo se entrena uno para no hablar demasiado?

Empieza por practicar la escucha activa. Si te centras en la otra persona en lugar de en ti mismo, naturalmente le darás más espacio para hablar, lo que significa que no dominarás la conversación. También ayuda establecer una agenda formal o informal para una conversación para mantenerte centrado en los temas relevantes.




Matthew Goodman
Matthew Goodman
Jeremy Cruz es un entusiasta de la comunicación y un experto en idiomas dedicado a ayudar a las personas a desarrollar sus habilidades de conversación y aumentar su confianza para comunicarse de manera efectiva con cualquier persona. Con formación en lingüística y una pasión por las diferentes culturas, Jeremy combina su conocimiento y experiencia para proporcionar consejos prácticos, estrategias y recursos a través de su blog ampliamente reconocido. Con un tono amigable y familiar, los artículos de Jeremy tienen como objetivo capacitar a los lectores para que superen las ansiedades sociales, establezcan conexiones y dejen impresiones duraderas a través de conversaciones impactantes. Ya sea navegando en entornos profesionales, reuniones sociales o interacciones cotidianas, Jeremy cree que todos tienen el potencial para desbloquear su destreza comunicativa. A través de su atractivo estilo de escritura y consejos prácticos, Jeremy guía a sus lectores para que se conviertan en comunicadores seguros y articulados, fomentando relaciones significativas tanto en su vida personal como profesional.