¿Ser tratado como un felpudo? ¿Por qué y qué hacer?

¿Ser tratado como un felpudo? ¿Por qué y qué hacer?
Matthew Goodman

"Estoy harta de que me traten como a una mierda. Todo el mundo se aprovecha de mí. Por muy simpática que sea, nadie me respeta nunca. Sólo cogen lo que pueden y actúan como si yo no importara. ¿Cómo hago para que la gente deje de tratarme como a un felpudo?".

Un felpudo es alguien que deja que los demás le traten mal, no expresa sus propias necesidades y no se defiende.

Si la gente a menudo te utiliza, te da por sentado o espera que aceptes todo lo que quieren hacer, esta guía puede ayudarte. Veremos por qué la gente te trata como un felpudo y cómo construir relaciones más equilibradas y respetuosas.

Señales de que eres un felpudo

  • Sentimientos de resentimiento. Cuando sigues sacrificando tu tiempo, energía o valores a tu costa, puedes acabar sintiéndote cansado y amargado.
  • Permanecer en relaciones tóxicas. Como no crees que mereces amigos y compañeros respetuosos, te quedas y dejas que la gente tóxica te trate mal.
  • Complacer a la gente. Siempre antepones las necesidades de los demás.
  • Cambiar de opinión cuando alguien no está de acuerdo contigo. Puede que tengas tantas ganas de aprobación que expreses opiniones diferentes según con quién estés en ese momento.
  • Hacer favores a los demás sin recibir mucho (o nada) a cambio porque esperas caerle bien a la gente.
  • Ser siempre el primero en pedir disculpas después de una discusión.
  • Ser utilizado como terapeuta no remunerado para gente a la que no le importan tu vida ni tus problemas.

Por qué la gente te trata como a un felpudo

Si otras personas te tratan mal, puede deberse a que tienes límites personales débiles, no sabes decir no, recompensas el mal comportamiento o tienes baja autoestima.

Puede que tengas problemas para defenderte y decir "No" si:

  • Tu familia no te enseñó a poner límites en las relaciones. Por ejemplo, puede que invadieran tu intimidad leyendo tu diario.
  • Tu autoestima es baja y tienes tantas ganas de gustar a los demás que les dejas hacer lo que quieran.
  • Has estado en relaciones abusivas y ya no estás seguro de lo que es y no es razonable en una relación.

Cómo no ser un felpudo

No puedes obligar a la gente a tratarte bien, pero puedes aprender a ser asertivo. Una persona asertiva se defiende y dice lo que piensa sin dejar de ser respetuosa con los demás. Son amables pero no permiten que nadie se aproveche de ellos, lo que significa que es menos probable que les traten como a un felpudo.

1. Mejore su autoestima

Es más probable que los demás te respeten si tú te respetas a ti mismo. Los estudios demuestran que el respeto por uno mismo está positivamente relacionado con la asertividad[].

Aquí tienes algunos consejos que pueden ayudarte:

  • Cuida tu salud física y mental: haz ejercicio con regularidad, duerme lo suficiente y aprende a manejar el estrés.
  • Fíjese objetivos significativos y gratificantes que le hagan sentirse realizado.
  • Lleva un registro de tus logros y siéntete orgulloso de tus habilidades.
  • Trabaja para deshacerte de los malos hábitos, como el uso excesivo de Internet o beber demasiado. La superación personal puede conducir a la autoestima. Echa un vistazo a la guía Zenhabits para dejar los malos hábitos para obtener consejos.
  • Intenta evitar hacer comentarios autodespreciativos sobre ti mismo.
  • Dedique un tiempo a reflexionar sobre sus valores fundamentales. Utilícelos como brújula interior cuando tenga que afrontar una situación difícil. Esto le ayudará a desarrollar la confianza en sí mismo y a tomar mejores decisiones.

2. Aprender cómo es una buena relación

Puede ser útil informarse sobre cómo son las amistades, las relaciones familiares y las relaciones sentimentales sanas.

Cuando sepas lo que está bien y lo que no, te sentirás más seguro a la hora de poner límites.

En las relaciones, siempre tienes derecho:

  • Cambie de opinión o de preferencias sin sentirse culpable
  • Decir no sin que te castiguen o te hagan sentir mal
  • Cometer errores
  • Ser tratado con respeto; nadie tiene derecho a intimidar o amenazar a otra persona.

He aquí algunos recursos útiles sobre este tema:

  • Love Is Respect contiene muchos artículos útiles sobre relaciones románticas sanas.
  • Si te preocupa tu relación con un familiar, consulta este artículo. Es normal que haya cierta tensión entre padres e hijos,[] pero no tienes por qué aguantar que tu familia te intimide o te falte al respeto.
  • Si no estás seguro de si un amigo te trata mal, consulta nuestra lista de señales que apuntan a una amistad tóxica.

3. Piense en sus límites personales

Los límites son como vallas o "líneas duras" en una relación. Establecen lo que quieres y no quieres tolerar de los demás. Las personas con límites fuertes son menos propensas a ser utilizadas. Psychcentral tiene una buena guía introductoria sobre los límites en las relaciones y por qué son tan importantes.

Por ejemplo, puedes tener un límite firme en lo que se refiere a prestar dinero a la gente: "No hago préstamos a nadie". Mientras te ciñas a ese límite, nadie podrá aprovecharse de ti económicamente pidiéndote dinero y no devolviéndoselo nunca.

Tus límites pueden cambiar en función de la situación. Por ejemplo, puede que te parezca bien cuidar del gato de tu hermana cuando se ausenta un fin de semana, pero no puedes llevártelo a casa durante una semana. Siempre que comuniques tus límites con claridad, no pasa nada si cambian.

Cuando alguien te pida que hagas algo que te hace sentir incómodo, pregúntate: "¿Esto traspasa uno de mis límites?" Esto puede ayudarte a decidir qué hacer a continuación. Si la respuesta es "Sí", tienes que hacer cumplir ese límite, lo que suele significar decir "No" o pedirle que cambie su comportamiento.

4. Practicar el "no".

Decir que no es una habilidad clave que te permite mantener tus límites.

Es cierto que tienes derecho a decir que no sin dar explicaciones, pero en realidad a menudo resulta demasiado incómodo decir simplemente que no y nada más.

He aquí algunos consejos que pueden facilitarle las cosas:

No des razones ni explicaciones elaboradas

Por ejemplo, supongamos que alguien te pide que cuides de sus hijos el viernes por la noche. No te gusta cuidar niños. Uno de tus límites es "no cuido de los hijos de otras personas".

Puede que te sientas tentado a poner una excusa del tipo: "No, gracias, dije que visitaría a mi madre enferma el viernes".

El problema de las excusas es que no siempre cierran la conversación. En este caso, la otra persona podría decir: "Ah, vale, ¿entonces puedes hacer de canguro de mis hijos el sábado?" Es mejor dar una respuesta breve, educada pero definitiva, que deje claros tus límites. Por ejemplo, podrías decir: "Lo siento, no hago de canguro", con una sonrisa agradable.

Ofrezca a la otra persona sugerencias alternativas

Si de verdad quieres ayudar a alguien pero no puedes hacerlo tú mismo, indícale una solución mejor. Hazlo sólo si no va a molestar o incomodar a otra persona.

Ver también: Cómo salvar una conversación de texto moribunda: 15 formas de hacerlo sin remilgos

Por ejemplo:

"No, ahora mismo no puedo ayudarte con ese informe. Sin embargo, Sally me dijo ayer que está teniendo una semana tranquila. ¿Quizá ella pueda ayudarte?".

Date tiempo para pensar antes de responder

Si no estás seguro de cómo responder a la pregunta de alguien, intenta evitar comprometerte inmediatamente.

Por ejemplo:

  • "No estoy seguro de poder hacerlo. Me pondré en contacto contigo a las 6 de la tarde".
  • "No sé si estoy libre para ayudarte el viernes, pero te lo haré saber mañana".

Utilice la técnica del disco rayado

Si alguien sigue repitiendo la misma petición irrazonable, repita su respuesta utilizando exactamente las mismas palabras y en el mismo tono de voz. Tras unos cuantos intentos, probablemente desistirá.

Pedir orientación

A veces no nos queda más remedio que acceder a una petición. Pero pedir consejo o instrucciones puede hacer que la tarea sea más llevadera. En lugar de un "no" directo, podemos pedir sutilmente a la otra persona que cambie sus exigencias.

Por ejemplo, supongamos que su jefe le pide que asuma demasiadas tareas en el trabajo. Quiere que lo termine todo en 3 días, pero usted sabe que su petición no es realista.

Si eres un felpudo, puede que intentes hacerlo todo y corras el riesgo de quemarte. Una alternativa asertiva sería decir: "Puedo hacer estas 5 tareas, pero tardaré una semana en hacerlas todas, no 3 días. ¿A qué quieres que dé prioridad?".

5. Pedir directamente un mejor trato

Decir "no" a peticiones poco razonables es un buen comienzo cuando estás aprendiendo a defenderte. El siguiente paso es aprender a pedir a alguien que cambie su comportamiento cuando te maltrata.

Cuando necesites que alguien actúe de otra manera, díselo:

  • Cómo se siente
  • Cuando te sientes así
  • Qué le gustaría cambiar

Por ejemplo:

[A un novio o novia]: "Me he dado cuenta de que siempre pago yo la cuenta cuando tenemos citas. Eso hace que me sienta tomado por sorpresa. A partir de ahora, me gustaría que nos turnáramos para pagar".

[A su jefe o gerente]: "Cuando me pides que me quede hasta tarde en la oficina un viernes por la noche sin avisarme con mucha antelación, siento que se me pide que haga más que los demás. Me gustaría hablar de cómo podemos gestionar mi horario y mis tareas para que no tenga que quedarme hasta tarde."

6. Dejar claras las consecuencias

Si has intentado pedirle a alguien que cambie su comportamiento y sigue sobrepasando tus límites, no tienes por qué darle otra oportunidad. Eres tú quien debe decidir si perdonarle y mantener la relación.

Si quieres darle a alguien una segunda oportunidad, puede ser útil que le expliques lo que harás la próxima vez que se porte mal. Hazlo sólo si estás dispuesto a cumplirlo. Si faltas a tu palabra, la otra persona decidirá que no necesita tomarte en serio.

Por ejemplo:

  • "Si haces otro chiste malo sobre mí, terminaré esta conversación y colgaré el teléfono".
  • "Si te vuelven a multar por exceso de velocidad, no volveré a prestarte mi coche".
  • "Si no pones la ropa sucia en el cesto de la ropa sucia en vez de tirarla al suelo, no la lavaré".

7. Utilizar la comunicación no verbal asertiva

El lenguaje corporal asertivo puede hacer que parezcas y te sientas más seguro de ti mismo. Cuando necesites establecer o hacer cumplir un límite, recuerda:[]

  • No se mueva
  • Permanecer de pie o sentado con una buena postura
  • Establecer contacto visual
  • Mantenga una expresión facial sincera. Evite fruncir el ceño o sonreír.
  • Mantente a una distancia razonable de la otra persona. No te acerques demasiado ni te alejes.
  • Si hace gestos, no señale con el dedo, porque puede parecer agresivo.

8. Fíjate en las acciones de las personas, no en sus palabras

Fíjate en lo que la gente hace realmente, no sólo en lo que dice. Por muy convincentes que suenen, las palabras bonitas no significan nada si no van acompañadas de un comportamiento respetuoso.

Por ejemplo, alguien puede aprovecharse de ti pero decir cosas como:

  • "¡Somos amigos desde hace años! ¿Cómo puedes pensar que te estoy utilizando?"
  • "Soy tu mujer/marido/pareja, nunca me aprovecharía de ti".

Cuando empiezas a prestar atención a cualquier desajuste entre lo que alguien dice y lo que hace, es más fácil saber cuándo ha llegado el momento de ser más firme con tus límites. Si se trata de un problema crónico, puede que haya llegado el momento de poner fin a la relación.

Si alguien hace o dice a menudo cosas que luego niega, y usted siente que se está volviendo loco, esto es un signo de gaslighting, que es abuso emocional. Si esto le suena familiar, consulte el artículo de Healthline sobre cómo tratar el gaslighting.

9. Sepa que no tiene que salvar todas las relaciones

Algunas amistades y relaciones sentimentales simplemente no funcionan, y no pasa nada. La mayoría de la gente no se conforma con el primer novio o novia que tiene. Muy pocas amistades duran toda la vida. No te conviertas en un felpudo con tal de mantener una relación.

Si alguien sigue ignorando tus límites o maltratándote, poner fin a la relación puede ser la mejor opción. No significa que hayas fracasado o que no seas una buena persona, sino que ha llegado el momento de pasar a otras personas que te traten mejor. Céntrate en conocer a personas afines e intenta construir amistades sobre intereses y valores compartidos.

10. Prepárate para las reacciones

Cuando empieces a establecer límites en tus relaciones, prepárate para cierta resistencia. Si alguien está acostumbrado a que le digas "Sí" o a que le hagas caso en todo momento, puede sorprenderse o molestarse cuando empieces a mostrarte menos complaciente. Sé coherente. Con el tiempo, la mayoría de la gente aprenderá a adaptarse.

Ver también: Cómo ser diplomático y tener tacto (con ejemplos)

Si no te sientes lo bastante segura como para hablar de límites y defenderte, es posible que estés en una relación de malos tratos. En ese caso, tu prioridad es mantenerte a salvo. Consulta esta guía para obtener más consejos sobre cómo identificar y abandonar situaciones de malos tratos.




Matthew Goodman
Matthew Goodman
Jeremy Cruz es un entusiasta de la comunicación y un experto en idiomas dedicado a ayudar a las personas a desarrollar sus habilidades de conversación y aumentar su confianza para comunicarse de manera efectiva con cualquier persona. Con formación en lingüística y una pasión por las diferentes culturas, Jeremy combina su conocimiento y experiencia para proporcionar consejos prácticos, estrategias y recursos a través de su blog ampliamente reconocido. Con un tono amigable y familiar, los artículos de Jeremy tienen como objetivo capacitar a los lectores para que superen las ansiedades sociales, establezcan conexiones y dejen impresiones duraderas a través de conversaciones impactantes. Ya sea navegando en entornos profesionales, reuniones sociales o interacciones cotidianas, Jeremy cree que todos tienen el potencial para desbloquear su destreza comunicativa. A través de su atractivo estilo de escritura y consejos prácticos, Jeremy guía a sus lectores para que se conviertan en comunicadores seguros y articulados, fomentando relaciones significativas tanto en su vida personal como profesional.