14 consejos para dejar de ser consciente de uno mismo (si tu mente se queda en blanco)

14 consejos para dejar de ser consciente de uno mismo (si tu mente se queda en blanco)
Matthew Goodman

Incluimos productos que consideramos útiles para nuestros lectores. Si realiza una compra a través de nuestros enlaces, es posible que ganemos una comisión. Cuando era más joven, a menudo me sentía cohibida y socialmente torpe. De hecho, una de las razones por las que quería convertirme en Científica del Comportamiento era para ser mejor socialmente.

Si a menudo te sientes ansioso y avergonzado, esta guía es para ti. Te dará las herramientas que necesitas para estar más relajado en entornos sociales, salir de tu cabeza y entrar en la conversación.

Esta guía es para cualquiera que se sienta demasiado consciente de sí mismo, pero los ejemplos están orientados a adultos que trabajan o estudian en la universidad.

Nota: A veces, la razón subyacente de la timidez es la ansiedad social. Si éste es tu caso, aquí tienes nuestra lista de los mejores libros sobre ansiedad social.

Empecemos.

1. Centrarse en alguien o en algo

La timidez es el resultado de una preocupación excesiva por cómo nos ve la gente. Nos preocupa que no nos consideren inteligentes, atractivos o que los demás nos juzguen.

Puede ser agotador, y con muy pocas pruebas para apoyar el argumento en cualquier dirección, vamos directamente a la conclusión más negativa.

Para salir de esta mentalidad pesimista, intenta desviar tu atención hacia las personas que te rodean y tu entorno.

No te centres en lo que los demás piensan de ti, sino en conocer a la gente con la que estás. Esfuérzate por averiguar una cosa de cada persona que conozcas, ya sea su trabajo, su especialidad o lo que hizo el fin de semana.

El objetivo es salir de tu cabeza. Pon esa energía en las personas que te rodean en lugar de alimentar un diálogo interior que te está frenando.

2. Cuestiona tu voz crítica interior

Es fácil creer que la voz negativa dentro de nuestra cabeza siempre tiene razón. Pero, ¿has probado a cuestionarla? Puede que descubras que tiene poco que ver con la realidad.

Comprueba las pruebas de tu vida:

¿Puedes recordar alguna vez que hayas hecho algo que demuestre que tu crítico interior se equivoca? Por ejemplo, si tu voz te dice, "Siempre meto la pata con la gente". recuérdate a ti mismo un tiempo en el que lo hiciste bien.

Pregúntate si lo que sientes es razonable o si estás dejando que una percepción que crees que los demás tienen de ti dirija la historia en tu cabeza.

3. Sepa que la gente se fija en usted menos de lo que cree

En un experimento, se pidió a los estudiantes que llevaran una camiseta embarazosa.

Al final del día, los estudiantes que llevaban las camisetas estimaron que el 46% de la clase se había dado cuenta. Al ser encuestados, sólo el 23% de sus compañeros se había dado cuenta[]. En otras palabras, su vergonzosa camiseta sólo se había notado la mitad de lo que ellos pensaban.

Lo que nos parece mortificante suele tener poco o ningún impacto en los demás. La gente está atrapada en sus propios pensamientos y luchas, demasiado ocupada para preocuparse por los nuestros. Lo mejor que podemos hacer es recordarnos a nosotros mismos que a nadie le importa tanto como a nosotros, y que ni siquiera nuestro propio filtro es una lente perfecta.

4. Saber que está bien decir estupideces

Recuerdo que cuando estaba en el instituto hablaba con una chica que me gustaba mucho. Me contaba que a su hermano le gustaba un grupo de música y, como un loco, le dije, "Sí, lo sé". Como si, de alguna manera, supiera qué grupo le gustaba a su hermano. Mi enamorado me miró con extrañeza, pero siguió adelante.

En realidad, no. Ahora puedo reírme de ello, pero en aquel momento me sentí humillada.

Intenta darle la vuelta a la situación: ¿te importaría que alguien soltara una tontería? o ¿pasarías de largo sin darle más vueltas? Es mejor hablar con libertad aunque de vez en cuando digas alguna tontería. La alternativa es guardarse siempre, y eso puede hacer que parezcas rígido y distante.

5. No intentes luchar contra tus sentimientos

Las emociones tienden a aferrarse más cuando luchamos contra ellas y a debilitarse cuando las aceptamos[].

Cuando estás ansioso y te sientes incómodo en un entorno social, ¿en qué piensas? ¿Cómo te hace sentir pensar en eso? ¿Feliz, triste, nervioso, celoso? ¿Qué hace tu cuerpo cuando estás en tus pensamientos y te sientes incómodo en una fiesta? ¿Sudas, te pones nervioso, bostezas mucho (una reacción a los nervios)?

Simplemente acepta cómo te sientes en lugar de intentar cambiarlo.

Ahora concéntrate en el exterior. Habla con alguien. Pregúntale cómo le va. ¿Qué le trae a esta fiesta/evento? ¿Conoce a alguien? A continuación, revisa tu cabeza. ¿Cómo te sientes cuando hablas con alguien? ¿Te pones menos nervioso a medida que avanza la conversación? Si te sonrojabas, ¿ya se te ha pasado?

Practica el ir y venir entre tus pensamientos internos y cómo te sientes cuando hablas con los demás. Comprueba si te sientes mejor cuando estás en tu cabeza, escuchando tu diálogo interno, o cuando gastas tu energía en los demás.

6. Céntrate en tus rasgos positivos

Esto no es "Ten pensamientos felices y estarás bien". Por el contrario, lo que quieres es basar tu autoestima en tus cualidades reales y positivas, en lugar de en un discurso cínico y cuestionable sobre ti mismo. Esto es lo que sabemos que es verdad:

  • Tienes talentos y capacidades que te dan un valor fundamental.
  • Esta combinación de características le hace único y memorable.
  • Merece la pena pasar tiempo contigo y conocerte.

Intenta enumerar tus habilidades concretas, como tu capacidad matemática, eres un buen escritor, eres políglota, eres un gran cocinero. Luego están tus rasgos de personalidad: eres amable, honesto, genuino, divertido, entusiasta, etc.

Aunque no puedas hacer una lista completa hoy, anota una cualidad positiva cada día y luego revisa la lista cada semana. Cuando tengas una lista completa, léela todos los días. Estás entrenando a tu mente para que se centre en lo que haces bien y pueda acceder a ello rápidamente.

7. Asegúrate de que estás leyendo bien la situación

Las experiencias negativas pueden enseñarnos a estar en guardia y a defendernos de las críticas y las heridas, lo que puede afectar a nuestra percepción del mundo y de las personas con las que nos encontramos.

Los que estamos demasiado acomplejados podemos creer que el mundo nos juzgará duramente porque eso es lo que hemos experimentado. Sin embargo, como ya he señalado, a la gente no le importa tanto cómo actuamos o lo que decimos. Cada persona nueva que conoces piensa en ti como en una pizarra en blanco.

Cuando te encuentres en una situación social que te asuste, pregúntate, "¿Existe la posibilidad de que mi experiencia pasada esté afectando a cómo estoy viendo esta interacción? ¿Hay otra forma más realista de enfocar su conversación?".

Cree que la gente será amable, y la mayoría de las veces lo serán. Si no, dice más de ellos que de ti.

8. Considérese un observador social

Observar a la gente es fascinante, y nos muestra cómo nuestra humanidad básica nos hace a todos desordenados, tontos y divertidos. Ve al centro comercial, tómate un café/té y observa a la gente pasear con sus amigos. Escucha cómo se sientan a tu lado y hablan, o cómo persiguen a sus hijos por el pasillo.

Ahora fíjate en su lenguaje corporal, su tono de voz y escucha lo que dicen. Lo que estamos haciendo es entrenarte para que cambies tu atención de ti mismo a los demás y pienses objetivamente sobre lo que estás presenciando.

Cuando hablan, ¿están callados o suben y bajan el volumen con la emoción? Cuanto más veamos a los demás siendo imperfectos, más nos daremos cuenta de que eso es lo "normal".

Ponte en modo observador cuando entres en una habitación con desconocidos. Puede ayudarte a ser menos cohibido.

9. Asume que gustarás a la gente

En este caso, se trata de la mecánica de que nos vean seguros de nosotros mismos en lugar de inhibidos o cohibidos. Cuando nos sentimos incómodos, podemos hablar más bajo, abrazarnos con los brazos y hablar más rápido para que las palabras salgan y desviar la atención de nosotros lo antes posible. Puede hacernos parecer distantes y, aunque no sea nuestra intención, nos hace menos accesibles.

Muéstrate confiado y amable desde el primer momento. Acércate a la gente con una sonrisa cálida y preséntate. Si no estás seguro de los detalles, fíjate en cómo lo hacen las personas simpáticas y seguras de sí mismas y aprende de ellas. Suponer que caerás bien a la gente es una profecía autocumplida. Suponer que no lo harás, también lo es.

Ver también: Aislamiento social frente a soledad: efectos y factores de riesgo

10. Pregunta por los demás para desviar la atención de ti

Es más fácil centrarse en otra persona que no seamos nosotros mismos. Cuando conozcas a alguien por primera vez, pregúntale qué hace para divertirse, cuáles son sus aficiones o si tiene alguna mascota. Escúchale con atención, asiente con la cabeza y dale señales de que te está gustando su historia. A continuación, añade cualquier cosa relevante que se aplique de tu vida. Cosas como tus mascotas: de qué tipo son, su nombre, raza... o tus aficiones. EnAl fin y al cabo, hay que encontrar un equilibrio entre aprender sobre ellos y compartir información sobre uno mismo.

El objetivo es aprender sobre otra persona, porque es difícil cohibirse cuando estás centrado en conocer sus intereses e historias.

11. Realice comprobaciones internas del progreso, no comparaciones

Los celos son una emoción miserable. Te hacen sentir pequeño e inútil y te quitan la alegría de todo. Es como la ira dirigida a otra persona, pero eres tú quien se siente fatal.

Evita exagerar los talentos de los demás o tratar de encontrarles defectos para sentirte mejor. Nadie es perfecto, y criticarlos cuando sientes envidia no hace más que centrar la atención en ti, porque sigues comparándote con los demás.

Una reflexión: ¿Y si aceptáramos que alguien tenga más logros que nosotros? Cuando lo aceptamos, nos ayuda a vernos a nosotros mismos de otra manera.

Nuestro valor entonces no tiene nada que ver con el éxito que tengamos o lo buenos que seamos en algo. Queremos pasar de "Me gusto porque soy bueno en... " a "Me gusto". (Punto.) Esto hace que nuestra autoaceptación sea incondicional.

¿Cómo aceptar que los demás tienen más logros que nosotros y estar bien con ello? En primer lugar, deja que ese hecho se asiente y permite que todas tus emociones de envidia y tristeza vengan a ti. Acepta esas emociones en lugar de luchar contra ellas. Ahora, ya no tienes por qué temerlas. Después, serás menos propenso a las comparaciones.

Aquí tienes otra forma de hacerlo:

En lugar de pensar, "Bueno, al menos soy mejor que ellos cuando se trata de X". Di, "No soy bueno en todo, lo cual está bien porque mi valor no se basa en mis logros. Tengo valor porque soy 100% yo mismo" .

Hablemos más sobre cómo ser más autoaceptante...

12. Practica la aceptación de ti mismo

La autoaceptación es uno de los mayores pasos que damos para alcanzar la confianza en nosotros mismos.

Según Aaron Karmin, MA, LCPC, psicoterapeuta en Chicago, Ill, una persona "quien se acepta incondicionalmente como un ser humano que vale la pena a pesar de [sus] defectos e imperfecciones no experimenta el estrés de la autoconciencia". .[]

Aquí tienes algunas cosas que puedes hacer para aceptarte a ti mismo:

Ver también: Cómo hacer amigos a los 30
  • Decide cómo vas a vivir tu vida. ¿Dejarás que los demás definan tu imagen personal, tus puntos fuertes y tus debilidades? Intenta pasar de la culpa, la duda y la vergüenza a la tolerancia, la aceptación y la confianza.
  • Haz una lista de todos tus puntos positivos.
    • ¿Qué hace bien?
    • ¿De qué se siente orgulloso?
    • ¿La vida de quién ha mejorado?
    • Conexiones que has hecho con otros.
    • Dificultades que has superado.

Revisa la lista a menudo, para ver tus progresos y reconocer tus dones.

  • Haz un inventario de las personas cercanas a ti.
    • ¿Son buenas para usted?
    • ¿Refuerzan la autoconversación negativa?
    • ¿Te critican o te menosprecian?

Considera la posibilidad de eliminar todas las influencias negativas de tu vida.

  • Rodéate de un grupo de apoyo positivo formado por personas que te celebren.
  • Perdónate a ti mismo. Si cometiste un error, date cuenta de que hiciste lo mejor que pudiste con la información que tenías en ese momento, o simplemente tomaste una mala decisión. Pero ahora elige seguir adelante y perdónate a ti mismo.
  • Haz callar a tu crítico interior. Que te cueste oírlo no significa que esté bien ni que sea cierto al 100%. Si no hablarías a otra persona como te hablas a ti mismo, ¿por qué está bien que te lo hagan a ti? Eres humano como los demás. Trátate tan bien como tratas a los demás, si no mejor.
  • Sigue adelante con tus sueños no realizados. No puedes cambiar el pasado, lo único que puedes hacer es avanzar y seguir persiguiendo tus objetivos actuales.
  • Ayúdate a ti mismo a ver cómo mejoras la vida de los demás. Es más difícil verte a ti mismo bajo una luz dura cuando reconoces todo lo bueno que haces.
  • Déjalo estar: no puedes controlarlo todo. No es resignación, es darte cuenta de que tu energía está mejor empleada en otra cosa, en lugar de lamentarte por las cosas que no puedes cambiar.
  • Intenta resolver tus problemas de uno en uno. En primer lugar, sal de tu cabeza, donde residen todas las preocupaciones y dudas. Analiza desapasionadamente lo que tienes que hacer para superar cada problema. Puedes incluso imaginar que los problemas a los que te enfrentas son los de otra persona (si eso te ayuda a alejarte de tus pensamientos internos). Pregúntate qué consejo le darías (a ti mismo) para ayudarle.
  • Practica la autocompasión: acepta tus defectos y quiérete de todos modos. Son palabras sencillas, pero a la mayoría de nosotros nos lleva años, si no toda una vida, dominar este paso. Cuanto más lo hagas, mejor mejorarás en todos los aspectos.
    • Aunque no tengas mucha experiencia en ser amable y compasivo contigo mismo, empezarás a creerte estas cosas buenas que te estás diciendo. Sobre todo si mantienes este monólogo interno positivo. En muchos casos, te llevó años llegar a este lugar de inseguridad. Probablemente te llevará semanas y meses ver progresos y hacer cambios permanentes en tus hábitos mentales.

13. Practicar la reflexión sobre las necesidades de los demás

Intenta hacer cosas atentas por los demás. Ten en cuenta sus luchas, preocupaciones, sueños o pesares. Cuando lo hagas, quitarás el foco de atención de ti mismo y conectarás con ellos. Esto te ayudará a estar menos cohibido[]. También demostrará a los demás que te preocupas por ellos y que los valoras. Hecho desinteresadamente, te traerá cosas buenas de vuelta.

He aquí algunas sugerencias:

  • Sonreír a alguien después de conocerlo. Puede ser un amigo, un familiar o un conocido. Deja que la sonrisa se produzca mientras hablas con ellos, para que sepan que sonríes sólo para ellos, porque crece después de decir "Hola".
  • Sujeta una puerta a alguien.
  • Haz un cumplido espontáneo.
  • Llévale a un amigo o compañero de trabajo galletas o una cena precocinada si está enfermo o necesita que le levanten el ánimo.
  • Paga el café o la comida de los que vienen detrás.
  • Mantén tu zona ordenada y organizada si trabajas en una oficina de concepto abierto.
  • Envíe tarjetas para distintas ocasiones o para ninguna.
  • Presta a alguien el 100% de tu atención y toma nota de lo que te dice para poder hacer un seguimiento más tarde (pregúntale cómo ha ido "la cosa" y asegúrate de que después está bien).
  • Dedica conscientemente unos minutos cada día a pensar en las cosas por las que estás agradecido.

Una advertencia: no hagas estas cosas para ganarte la aprobación de los demás. Eso vuelve a centrar la atención en ti. Hazlo por sincera consideración hacia los demás. El propósito del ejercicio es centrarte en los demás y en su bienestar. Cuando lo hagas, te volverás más compasivo y menos cohibido.

14. Considera la posibilidad de hablar con un terapeuta

Si tu timidez te inhibe o es consecuencia de la ansiedad social, un terapeuta puede serte útil. Tener ansiedad social es más común de lo que pensamos, y decidirse a entender y abordar el efecto que tiene en tu vida es de valientes. Un psicólogo o un terapeuta te ayudarán a hablar de tus sentimientos, averiguar de dónde proceden y darte las herramientas necesarias para desentrañarlos y moverteadelante.

Recomendamos BetterHelp para la terapia online, ya que ofrecen mensajería ilimitada y una sesión semanal, y son más baratos que ir a la consulta de un terapeuta.

Sus planes comienzan en $64 por semana. Si usas este enlace, obtienes un 20% de descuento en tu primer mes en BetterHelp + un cupón de $50 válido para cualquier curso de SocialSelf: Haz clic aquí para saber más sobre BetterHelp.

(Para recibir su cupón de 50$ de SocialSelf, regístrese con nuestro enlace. Después, envíenos por email la confirmación del pedido de BetterHelp para recibir su código personal. Puede utilizar este código para cualquiera de nuestros cursos).

También puedes intentar ponerte en contacto con tu compañía de seguros o con tu médico para que te recomienden algo.




Matthew Goodman
Matthew Goodman
Jeremy Cruz es un entusiasta de la comunicación y un experto en idiomas dedicado a ayudar a las personas a desarrollar sus habilidades de conversación y aumentar su confianza para comunicarse de manera efectiva con cualquier persona. Con formación en lingüística y una pasión por las diferentes culturas, Jeremy combina su conocimiento y experiencia para proporcionar consejos prácticos, estrategias y recursos a través de su blog ampliamente reconocido. Con un tono amigable y familiar, los artículos de Jeremy tienen como objetivo capacitar a los lectores para que superen las ansiedades sociales, establezcan conexiones y dejen impresiones duraderas a través de conversaciones impactantes. Ya sea navegando en entornos profesionales, reuniones sociales o interacciones cotidianas, Jeremy cree que todos tienen el potencial para desbloquear su destreza comunicativa. A través de su atractivo estilo de escritura y consejos prácticos, Jeremy guía a sus lectores para que se conviertan en comunicadores seguros y articulados, fomentando relaciones significativas tanto en su vida personal como profesional.