Cómo enfrentarse a una persona intimidante: 7 poderosas mentalidades

Cómo enfrentarse a una persona intimidante: 7 poderosas mentalidades
Matthew Goodman

En la encuesta que realicé para nuestro próximo programa sobre la confianza en uno mismo, muchos de ustedes me preguntaron cómo enfrentarse a las personas intimidantes. Un comentario lo resumía bastante bien:

Si te sientes intimidado por personas o grupos que son atractivos y/o ruidosos, ¿cómo puedes empezar a tranquilizarte o dejar de ponerlos en un pedestal social para poder ser tú mismo? - Alexis

Recibí muchas preguntas al respecto, tanto de hombres como de mujeres. Algunos ejemplos que surgieron fueron: hablar con tu jefe o gerente, hablar con gente alta, gente guapa, gente mala/desagradable y aquellos por los que te sientes atraído. El ejemplo número uno que mencionaron los hombres fue hablar con mujeres por las que se sienten atraídos.

Puede que necesites aprender algunas estrategias para lidiar con alguien que se burla de ti.

He aquí mis mejores consejos, recogidos de estudios en el campo de la ciencia cognitivo-conductual y de mi propia experiencia.

También voy a poner ejemplos de personas intimidantes con las que he hablado sobre el tema, y compartiré lo que he aprendido de ellas.

En primer lugar, hay dos cambios de mentalidad que debemos comprender:

Mentalidad 1: La mayoría de las personas no intentan intimidar o ni siquiera entienden que intimidan.

Pocos van por la vida intentando intimidar a los demás. A menudo, ni siquiera entienden que están intimidando.

Una amiga mía es un buen ejemplo de persona intimidante. Es guapa, inteligente, segura de sí misma, tiene una gran formación y un trabajo de altos ingresos en finanzas.

Ser intimidante no ayuda a su vida social, sino todo lo contrario. Me ha contado cómo la gente, antes de conocerla, cree que es superficial porque parece muy "perfecta" (cuando en realidad es una de las personas menos superficiales que conozco).

No lo utiliza como herramienta para reprimir a los demás (aunque a menudo los demás se lo toman así).

A medida que la he ido conociendo mejor, me ha confesado que tiene una baja autoestima. Se siente más segura cuando puede esconderse detrás de esa superficie perfecta.

Intentar ser perfecto suele ser una protección que la mayoría de la gente tiene contra el mundo exterior para encubrir cualquier inseguridad que pueda tener.

Hay excepciones. Un ejemplo es un psicópata sin inseguridades que sólo quiere intimidar a los demás. Por suerte, esos son raros.

Irónicamente, a menudo son los que sienten más necesidad de compensar sus inseguridades los que resultan más intimidantes. Se protegen por debajo de su superficie perfecta, y el precio que pagan es volverse menos accesibles (y eso significa menos relaciones de alta calidad).

Lección aprendida: La mayoría de las veces, la intimidación es una defensa, no una herramienta para reprimir a los demás. Es importante saber esto porque a) nos ayuda a entender que no se trata de nosotros, sino de ellos. Esta percepción nos ayuda a no tomarnos su intimidación como algo personal y b) nos ayuda a entender que su "superficie perfecta" la mayoría de las veces es una protección para su baja autoestima.

Me gusta pensar que no hay razón para construir un castillo poderoso a menos que haya algo que uno tema .

Mentalidad 2: No gustamos a la gente por lo buenos que somos, sino por lo bien que les hacemos sentir.

Puede ser estresante estar rodeado de gente intimidante y sentir que ser inferior hará que les caigamos mal. "Aquí todo el mundo tiene un título de doctorado elegante y yo sólo soy una empleada del comercio" o "Aquí todo el mundo es alto y yo bajo".

Como ya he escrito antes, es un juego perdido intentar gustar a la gente. Queremos gustar a la gente. en torno a No importa si sólo eres un empleado de comercio o el más bajo de la sala:

Si sigues los principios de la simpatía (y te olvidas de intentar ser simpático), te convertirás en la persona preferida para pasar el rato.

Estos son los tres rasgos principales de las personas agradables, según los estudios:

Ver también: Los 4 niveles de amistad (según la ciencia)
  • Estableces una buena relación, es decir, adaptas el nivel de energía y la forma de hablar a la situación.
  • Demuestras que te gusta la gente siendo cariñoso con ella
  • Escuchas con atención
  • Usted es relajado y confiado Ser cálido y relajado = carismático. Ser cálido y nervioso = poco valioso. Por lo tanto, conviene que practiques estar relajado cuando conozcas a gente.

Lección aprendida: Cuando estés rodeado de gente que te intimida, no caigas en la trampa de intentar demostrarles lo que vales. Eso sólo te hará parecer necesitado. En lugar de eso, cíñete a los principios universales de la simpatía.

Ahora que hemos sentado las bases con estas dos mentalidades (No necesitas tomártelo como algo personal porque a menudo es una defensa, y céntrate en hacer que a la gente le guste estar cerca de ti en lugar de que le caigas bien) es el momento de seguir los 5 pasos siguientes, basados en la terapia cognitivo-conductual (TCC), para ser mejor a la hora de tratar con cualquier persona intimidante.

La TCC es un campo bien investigado y utilizado por psicólogos de todo el mundo cuando se trata de cambiar el comportamiento y hacer frente a los sentimientos.

Mentalidad 3. Reconocer cuándo te sientes intimidado

La base de la TCC es, en primer lugar, ser conscientes de lo que sentimos. A veces ni siquiera queremos admitir que nos sentimos intimidados porque nos parece una tontería o tememos que reconocerlo nos ponga más nerviosos.

Las investigaciones han demostrado lo contrario: si reconoces que te sientes intimidado y aceptas ese sentimiento, no será tan fuerte como si intentaras ignorarlo. Después de todo, no puedes eliminar los sentimientos y la mayoría de la gente se siente intimidada de vez en cuando, así que ¿por qué no aceptarlo?

Lección aprendida: Siempre que estés cerca de alguien que te intimida, piensa: "Ahora me siento intimidado, y no pasa nada". Así podrás avanzar para enfrentarte (y vencer) a tus miedos en lugar de luchar contra tus propios sentimientos.

Ahora que somos conscientes de este sentimiento y lo aceptamos, estamos listos para el siguiente paso.

Mentalidad 4. ¿Cuál puede ser el defecto de la persona que intimida?

No quieres ir por la vida buscando los defectos de la gente. Pero cuando se trata de quienes te intimidan, necesitas un método poderoso para bajarlos del pedestal mental en el que los has colocado.

Una forma eficaz de hacerlo es pensar en las inseguridades que puedan tener. No hay que ver esas debilidades desde la perspectiva de un matón, sino desde la de un compasivo:

  • La perspectiva del acosador es "Esa persona tiene este y aquel defecto, qué perdedor".
  • La perspectiva compasiva es "Esa persona tiene tal o cual defecto. Todos tenemos defectos y, en el fondo, somos humanos que intentamos salir adelante lo mejor que podemos".

Cuando doy este consejo a los participantes en mi programa, muchos responden al instante que "pero la persona que me intimida no parece tener ningún punto débil". Pero cuando les pido que indaguen más, se sorprenden al descubrir muchos.

La persona intimidante podría tener...

  • Baja autoestima (quizá sea el defecto más común, porque esa misma falta de autoestima es la que les lleva a desarrollar otros rasgos que resultan intimidatorios).
  • Pocas o ninguna relación cercana (Muchos de los que intimidan porque intentan mantener una superficie perfecta tienen miedo de dejar que la gente entre y vea quiénes son "realmente", y sus relaciones se resienten).
  • Una infancia difícil (es habitual que quienes lo han pasado mal al crecer intenten compensar su sentimiento de inferioridad cuando eran niños mostrándose más superiores cuando son adultos).

Otras deficiencias podrían ser...

  • Complejos corporales
  • No estar donde quieren en la vida
  • Carecen de las capacidades que desean tener

Miniejercicio: Es difícil pensar en los defectos cuando estamos frente a frente con alguien que nos intimida. En lugar de eso, dedica un momento ahora mismo a pensar en una persona concreta que te intimida y en cuáles podrían ser los defectos de esa persona. Recuerda ver los defectos de esa persona desde una perspectiva compasiva.

Mentalidad 5. ¿Qué es lo que se te da mejor?

Lo que somos se compone de cientos, quizá miles, de rasgos. Por tanto, es estadísticamente sensato suponer que hay algo (o varias cosas) en las que eres mejor que la persona que intimida.

Muchas cosas forman parte de lo que eres:

  • En qué eres bueno
  • Tu trabajo
  • Sus valores
  • Conocimientos
  • Rendimiento deportivo (físico o mental)
  • Mira
  • Familia
  • Amistades
  • Físico
  • Inteligencia
  • Habilidades
  • Humor
  • Personalidad
  • etc...

Miniejercicio: ¿Qué cosas se te dan bien? Dedica unos minutos a pensar en ello, escríbelo si quieres tenerlo más claro. Puede ser cualquier cosa, desde tu sentido de la lealtad, tus amplios conocimientos de tu juego favorito, tu increíble relación con tu hermano, hasta tus habilidades con el fidget spinner.

Más información: 15+ trucos para conseguir más respeto de los demás.

Mentalidad 6. Ver a esa persona desde la perspectiva de sus defectos y desde la perspectiva de tus puntos fuertes

Ahora que hemos llegado lejos, es hora de ponerlo todo junto.

Nos hemos dado cuenta de que...

...no tienes que tomártelo como algo personal cuando alguien te intimida, porque a menudo no es más que su defensa contra el mundo.

...debes centrarte en hacer que a la gente le guste estar cerca de ti en lugar de gustarle tú a ellos.

...la mejor manera de afrontar el sentimiento de intimidación es 1) reconocerlo y 2) aceptarlo 3) afrontarlo de todos modos.

...incluso las personas intimidantes tienen varios defectos cuando las buscas.

...tienes varias áreas en las que eres mejor que la persona intimidante.

Teniendo esto en cuenta, podemos cambiar nuestra forma de acercarnos a alguien que nos intimida.

Quiero que practica ver a esa persona desde la perspectiva de sus defectos, y desde la perspectiva de tus puntos fuertes Al principio, algunos de mis participantes dudan en hacer este ejercicio porque creen que es una tergiversación de la realidad. Al fin y al cabo, en su mundo, ellos están ahí abajo y la persona intimidante está ahí arriba.

En realidad, los seres humanos somos demasiado complejos para poner en una jerarquía quién es mejor y quién es peor. No es posible decir quién tiene derecho a estar en el pedestal. Por eso queremos ampliar nuestra perspectiva y no pensar sólo en lo bueno que es alguien y en lo que nosotros no lo somos, sino también en qué aspectos somos buenos y ellos no.

Miniejercicio: Tómate un momento para cerrar los ojos y visualizar tu relación desde tus puntos fuertes y desde los puntos débiles de esa persona.

~Pausa de visualización~

¿Así que has vuelto? ¡Bien!

¿Notas cómo tu sensación de esa relación ya está algo más equilibrada? Cada vez que pienses en esa persona, haz este ejercicio y notarás cómo se amplía tu perspectiva sobre quién es "el mejor".

Ahora es el momento de dar el último paso para cerrar el trato.

Mentalidad 7. Céntrate en ellos, no en ti

Cada vez que nos encontramos con alguien que nos intimida, es intuitivo compararnos con él (sobre todo, comparando nuestros rasgos malos con los suyos buenos, algo que cuestionamos en el paso anterior).

Acabas de hacer el ejercicio de "verlos desde sus debilidades y tus fortalezas" y puedes hacerlo una y otra vez cuando pienses en ellos. En TCC, eso se llama "desafiar tus pensamientos". Pero la próxima vez que os veáis en persona, no te centres en compararos.

En lugar de eso, centra toda tu atención en ellos: en lugar de pensar "me pregunto qué pensarán de que yo sea el único aquí sin un doctorado", es más productivo pensar "me pregunto en qué se habrá doctorado" o "¿qué es lo que más le ha gustado cuando ha estudiado?" o "¿cuáles son sus planes de futuro después del doctorado?".

Ver también: Cómo hablar con fluidez (si tus palabras no salen bien)

Así les gustarás más, estrecharéis lazos más rápidamente y tu cerebro se preocupará de centrarse en ellos en lugar de fastidiarte pensando en qué aspectos no eres tan bueno como ellos.

Puede llevar algún tiempo, pero puedes aprender a estar más presente en las conversaciones.

Cuando era adolescente, intentaba ignorar a las personas que me intimidaban. Me avergüenzo cuando lo pienso ahora, pero mi lógica era que su intimidación era algo personal hacia mí. Intentaba rechazarlos del mismo modo que creía que ellos intentaban rechazarme a mí. Más tarde aprendí que la respuesta intuitiva de las personas suele ser mostrarse frías ante las personas que las intimidan en un intento de salvarse a sí mismas.

Imagínate cómo destacarás si, en lugar de eso, vas en la dirección contraria: eres cálido con ellos, les haces preguntas sinceras para conocerlos y te aseguras de que se lo pasan muy bien.

No puedo responder a todos sus correos electrónicos, pero si publican un comentario en el blog, me aseguraré de responderles.




Matthew Goodman
Matthew Goodman
Jeremy Cruz es un entusiasta de la comunicación y un experto en idiomas dedicado a ayudar a las personas a desarrollar sus habilidades de conversación y aumentar su confianza para comunicarse de manera efectiva con cualquier persona. Con formación en lingüística y una pasión por las diferentes culturas, Jeremy combina su conocimiento y experiencia para proporcionar consejos prácticos, estrategias y recursos a través de su blog ampliamente reconocido. Con un tono amigable y familiar, los artículos de Jeremy tienen como objetivo capacitar a los lectores para que superen las ansiedades sociales, establezcan conexiones y dejen impresiones duraderas a través de conversaciones impactantes. Ya sea navegando en entornos profesionales, reuniones sociales o interacciones cotidianas, Jeremy cree que todos tienen el potencial para desbloquear su destreza comunicativa. A través de su atractivo estilo de escritura y consejos prácticos, Jeremy guía a sus lectores para que se conviertan en comunicadores seguros y articulados, fomentando relaciones significativas tanto en su vida personal como profesional.